El domingo inauguramos oficialmente la temporada de paseos por el pinar de Cabañas. Y después de un invierno tan duro, al que aún le han de faltar los últimos coletazos, sienta tan bien volver a pasear por aquí aunque todavía sea con el abrigo puesto... Como no podía ser de otra forma últimamente, aquí el señorito se llevó su bici, y venga para arriba y para abajo como un loco rompedor de zapatos... todo la mar de idílico hasta que no tuvo idea más brillante que atravesar como si su bici de un barco se tratara un charco de digamos 20 cm de profundidad...(mala idea chico) El resultado ya se conoce; niño enfadado después de la pertinente bronca y mamá enfadada primero porque ya estaba temiendo la fiebre del día después de pasearse con los pies empapados y segundo porque no tenía ningunas ganas de irse tan pronto para casa... Pero menos mal que todavía me queda alguna neurona y rápidamente me acordé de que el coche teníamos unas botas de agua y unos calcetines de esos que se llaman de resuelve... y pudimos estirar todavía un par de horas la tarde de domingo.
No puedo esperar a pasearme por aquí de manga corta y sandalias, mojar los pies en el agua y ver la puesta de sol desde el chiringuito con una cañita en la mano... Pero mientras soñamos con lo que todavía está por venir os dejo con estas fotos de esta primavera anticipada que sin contarlo nos han sido regalada.
¡Feliz semana amigos!