Este año la mañana de Navidad empezó muy temprano. Demasiado temprano teniendo en cuenta las copitas de cava demás de la cena de Nochebuena. Mirá tu que yo tenía la esperanza de que nuestro pequeño Santa embriagado por todas las celebraciones y trasnoches iba a dormir por lo menos hasta las diez?...ja! que ilusa.
Pero lo bueno que tiene la mañana de Navidad es que la ilusión te hace olvidar el sueño. Y su carita al ver los regalos que le había dejado Papa Noel compensa todos los madrugones y dolores de cabeza. Que ilusión y cuanta magia.
Enzo solo había pedido un regalo: UNA LAVADORA. Lo repitió por activa y por pasiva. Una lavadora, una lavadora...y cuando la vió...que emoción. Creo que desde ese momento la hemos puesto a lavar unas quinientas veces por lo menos. Con ropa, sin ropa, con animales, sin ellos...ha cenado con ella en la mesa y esta mañana se ha vestido con ella en los brazos y la hemos tenido que traer con nosotros. A este ritmo no sé cuanto durará...pero que maravilla ver ese brillo en sus ojos. Inolvidable.
^^Y para los papás empacho de dulzainas llegadas directamente desde Holanda para quitarle a papi la morriña de las navidades de su infancia. Ahora nos toca este fin de semana meterno en la cocina y prepararnos para engordar por lo menos un par de kilitos^^
^^ ¿¿Habeis visto a mi monito con su nuevo juego preferido??^^
Espero que hayáis tenido una feliz mañana de Navidad!
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